Responsabilidad de padres con hijos
Con el paso de los años la educación adquiere mayor importancia en la vida de las persona. Solo mediante el estudio podemos progresar social y económicamente.
En este objetivo, no es la escuela sino los padres, los primeros responsables de la educación de los hijos. Esta responsabilidad se centra en el amor y la corrección de los niños, especialmente en la infancia, cuando más lo necesitan. No se puede comparar el poco tiempo que el niño pasa en la escuela y la vida entera que pasa con su familia. La formación en la escuela depende de la formación en el hogar.
El amor hacia los hijos se manifiesta no solo en el darles de comer y de vestir sino en el cuidado permanente, la motivación, la ayuda, la compresión y el impulso para que se sientan capaces y confiados en sí mismos.
Este amor solo lo pueden dar los padres o la familia cercana a los niños. El amor por los hijo se manifiesta en la enseñanza de valores como el respeto a Dios y a los demás, la responsabilidad, la honestidad, la puntualidad, el cumplimiento y los buenos modales como pedir el favor, dar las gracias, pedir permiso, respetar las ideas de los demás, comportarse adecuadamente, responsabilizarse de sus actos. Los niños reflejan mucho de lo que ven en sus padres, por tal razón estos deben convertirse en ejemplo para ellos.
Son los padres quienes establecen la autoridad en el hogar, la capacidad de acatar reglas, normas, deberes y horarios. Son los padres quienes determinan los límites en el comportamiento, en el vocabulario que se usa, por ejemplo. Solo con normas y límites en la casa pueden los niños asumir límites y normas en la escuela.
La autoridad no significa autoritarismo ni tiranía en casa. La autoridad se establece con el ejemplo y el dialogo. La comunicación de los padres con los hijos es la base para el amor, la unión, la comprensión y la confianza. Cuando los padres hablan y juegan con sus hijos al llegar de la escuela, al Iniciar las tareas, al comer o al descansar en la noche se crean los lazos que protegerán a los niños de muchos problemas. El dialogo permanente nos permite conocer las actividades y compañías de nuestros hijos. Dejar que los niños y niñas hagan y salgan, compartan y anden como quieran es un peligro, cuyas consecuencias se verán más adelante.
Los padres tienen una responsabilidad muy importante en la educación de sus hijos especialmente en los años del preescolar, la primaria y comienzos de la secundaria. Los padres deben preocuparse porque los niños cuenten con los recursos que necesitan, útiles, cuadernos, módulos, uniformes y que cada día lleven a la escuela lápices, borrador, sacapuntas, cuadernos al día, etc.
Los padres ayudan a sus hijos al aplicar un control en la casa de tareas, cuadernos al día, revisión y firma de agendas. No se trata de hacer sus deberes, sino de mirar horarios, preparar las clases, realizar y estudiar las tareas, repasar lo visto, confirmar que llevan tareas y útiles. Esto incluye controlar las horas frente al televisor o los videojuegos, en la calle o en el juego. Los niños deberán tener un horario fijo de estudio, lectura y repaso, independientemente de si tienen clases o no.
¿Si los niños no se esfuerzan ahora por aprender lo que necesitaran en el futuro cuando lo van a aprender?
Los padres tienen el deber de llevar una buena relación con el colegio mediante la asistencia a reuniones y citaciones. El padre que no asiste manifiesta poco interés por la educación de sus hijos. La comunicación con el colegio incluye la participación en las iniciativas del colegio y enviar las excusas por ausencia.
Nuestros hijos nos necesitan, aunque parezcan grandes, aunque no lo digan ni lo parezca, nos necesitan. Nos llaman a gritos, pidiendo nuestro amor, nuestro apoyo y nuestra corrección. Quieren nuestra compañía y nuestro cariño. Quieren que hablemos y juguemos con ellos todos los días. Los años nos dará la recompensa por todo el amor y orientación que les demos hoy. Dios nos dará las bendiciones que merecemos al cumplir con su mandato de conducirlos por su camino.